Celebridades Ana de Armas: "Tengo esa ambición de arriesgar y de hacer cosas que la gente piensa que no se pueden hacer" La actriz Ana de Armas, que encabeza nuestra lista de "Las 25 Mujeres Más Poderosas" del 2023 habla de su nominación al Óscar como Mejor Actriz por su papel de Marilyn Monroe en Blonde, su amor por su natal Cuba y lo que anhela su corazón. Por Lena Hansen Publicado en Marzo 10, 2023 08:06AM EST Más allá de brincar de alegría al enterarse de que estaba nominada al Óscar por Mejor Actriz por su rol de Marilyn Monroe en la película Blonde, Ana de Armas pensó en su familia, en sus compatriotas cubanos y en todas esas personas que la habían impulsado en su camino al éxito. "Es una alegría y un orgullo compartido. Pienso mucho en todas las personas que me han escrito, que están tan felices, que han celebrado conmigo", dice la estrella de 34 años, quien encabeza la lista de "Las 25 Mujeres Más Poderosas" del 2023 de People en Español. "Pienso en mi papá que ya no está y lo feliz y orgulloso que habría estado de saber esta noticia", añade sobre quien falleció antes de estrenarse Blonde pero seguramente aplaudirá a su hija desde el cielo durante la gala de este domingo de los Óscars. "Pienso en toda la gente, en todos los cubanos, en todos los que han seguido mi carrera y son mis amigos, los que me empujaron a irme de Cuba y luego a irme de España y salir adelante", añade la actriz, quien como tantos otros inmigrantes salió de su isla años atrás con un sueño y un sinfín de incertidumbres en la maleta. "Pienso en todo eso, es una combinación de mucha alegría y de una satisfacción personal enorme por todo el trabajo y el esfuerzo que se ha reconocido". Su mayor felicidad es poder compartir sus triunfos con su madre, con quien viajó en septiembre del 2022 a Italia para acompañarla en el estreno de Blonde (Netflix) en el Festival de Venecia. "Es una emoción muy grande, es algo que no me lo habría imaginado nunca, estar nominada al Óscar. Para mí el Óscar cuando crecí o estaba en Cuba y veía el cine americano, era algo que en mi cabeza le pasaba a otra gente", admite De Armas. "No era una realidad que pude asociar con mí misma o con mi carrera". Para De Armas interpretar magistralmente a Marilyn Monroe —y su vez dejar ver a Norma Jeane, la vulnerable mujer detrás del glamour de la diva platinada en este complejo personaje— fue una oportunidad de abrir puertas para otras actrices latinas. "Ha sido rompedor, ha sido realmente trascendental el hecho de haber podido interpretar a un personaje así", reconoce ella. "Espero que esta nominación y este reconocimiento sea el ejemplo de que ya no hay excusa para decirle a un latino que no puede hacer cualquier personaje. Ya no hay excusa". No hay excusa ni obstáculo que detenga a la actriz en su camino a la cima. Tras debutar a los 16 años en la película cubana Una rosa de Francia, a los 18 años tomó la difícil decisión de salir de Cuba y mudarse a España a expandir sus horizontes como actriz. Ahí triunfó en series como El internado. "Ha sido un camino largo, han sido muchos años, desde mis 18 años que me fui de Cuba hasta ahora que voy a cumplir 35", reflexiona. "Quizás desde la vista de otra gente ha sido de la noche a la mañana, pero no ha sido así para nada, ha sido mucho trabajo y mucha paciencia", afirma la estrella de películas como Hands of Stone, Sergio, No Time To Die y Deep Water quien en el 2014 se mudó a Los Ángeles sin hablar inglés decidida a conquistar Hollywood. ¡Y vaya si lo ha logrado! "Ellos están en las nubes, están superorgullosos", dice De Armas sobre su madre y su hermano. "Tener en el cine en Cuba el título Blonde y mi nombre en el cine, ver a toda esa gente, a todos los cubanos queriendo ver la película y con tanto orgullo y tanta emoción fue un sentimiento, una cosa increíble". En su isla ha dejado parte de su alma. "Es mi hogar, es mi casa, tengo todos mis recuerdos, mi infancia, las cosas buenas, las cosas no tan buenas", dice sobre su país. "Es la formación de mi vida y de mis valores, de quien soy. Todos mis amigos están allí, parte de mi familia está allí. Aunque ya no viva allí y solo vaya en algunos momentos en el año cuando tengo el tiempo, la conexión es muy fuerte. Yo hablo a diario con gente en Cuba, con mis amigos, mis ahijados, mi mamá. No estoy, pero estoy". Algo que anhela su corazón, tras terminar el rodaje de la película de acción Ghosted con Chris Evans —que estrena en abril en Apple TV+— y de Ballerina, su más reciente film con Keanu Reeves, es tener tiempo libre. "Estoy superfeliz, pero creo que ha llegado un momento en que necesito descansar, pararme para tener tiempo de pensar", confiesa. "Quiero vacaciones, descansar. Me he perdido un montón de cosas de mis amigos, cumpleaños, niños, bebés que han nacido que todavía no conozco, cosas así de la vida que pasa, te pasa por delante y no puedes disfrutar con ninguno de ellos. Encontrar el balance, esa es la meta al final". A continuación, la actriz que logró revivir a Marilyn y hacerla brillar nuevamente en pantalla se despoja de sus personajes para mostrar su verdadera esencia. Trunk Archive Felicidades por la nominación al Óscar. ¿Qué sentiste al enterarte que estabas nominada, qué significa esto para ti? ¡Wow, imagínate! Esto es un poco una alegría y un orgullo compartido. Pienso mucho en todas las personas que me han escrito, que están tan felices, que han celebrado conmigo. Pienso en mi papá que ya no está y lo feliz y orgulloso que habría estado de saber esta noticia. Pienso en toda la gente, en todos los cubanos, en todos los que han seguido mi carrera y son mis amigos, los que me empujaron a irme de Cuba y luego a irme de España y salir adelante. Pienso en todo eso, es como una combinación de mucha alegría y de una satisfacción personal enorme por todo el trabajo y el esfuerzo que se ha reconocido. Esto es específicamente por Blonde, pero a nivel personal no es Blonde lo que me llevó a esa nominación, ha sido todo el trabajo previo y todo el esfuerzo de una vida y de una carrera. Es una emoción muy grande, es algo que no me lo habría imaginado nunca, estar nominada al Óscar. Para mí el Óscar cuando crecí o estaba en Cuba y veía el cine americano, era algo que en mi cabeza le pasaba a otra gente. No era una realidad que pude asociar con mí misma o con mi carrera. ¿Cómo fue la experiencia de transformarte en Marilyn Monroe en la película Blonde? ¿Qué aprendiste de Marilyn en lo personal? De Marilyn sabía realmente poco. Crecí viendo a Marilyn pero no era consciente. Lo que sabía de ella eran sus películas y ella como actriz, pero no conocía mucho de su vida y del período en que vivió ella en Hollywood y de la industria, de cómo funcionaban las cosas en aquel momento y las cosas a las que tuvo que enfrentarse, sobreponerse, a nivel de carrera y a nivel personal. Fue el mayor aprendizaje que tuve durante el proceso de investigación de la película. A mí estudiarla y aprender de ella me dio mucha empatía; sentí mucha empatía por ella y por las actrices de aquella época, y por las actrices en general porque muchas de las cosas que pasaban en aquella época siguen pasando ahora. Pienso que el nivel de exposición y la manera que juzgan a las actrices, o lo que se espera de ellas en los estándares de belleza, lo que se supone que tienes que hacer o el personaje que tienes que dar de cara al público, sin importar quién eres tú en realidad. Era darme cuenta de cómo yo también me he visto en esas situaciones y cuando te está pasando a ti estás tan metida en eso que no te das cuenta, pero cuando ves que le está pasando a otra gente es mucho más fácil de analizar y de ver la salida. Es interesante verte un poco reflejada en situaciones tan difíciles de manejar y tan complicadas porque quieres ser actriz, quieres que te respeten, quieres que te consideren una intelectual, quieres que te tengan en cuenta, quieres romper barreras, quieres hacer tantas cosas y también tienes que lidiar con cómo funciona la industria y cómo funciona Hollywood. Me enseñó la historia de cómo lo hizo ella, cómo lo han hecho otras y a ver a nivel personal lo que merece la pena y las cosas que pueden ser evitadas o no. Ana de Armas "Estudiarla y aprender de [Marilyn Monroe] me dio mucha empatía; sentí mucha empatía por ella... Es interesante verte un poco reflejada en situaciones tan difíciles de manejar y tan complicadas porque quieres ser actriz, quieres que te respeten, quieres que te consideren una intelectual, quieres que te tengan en cuenta, quieres romper barreras, quieres hacer tantas cosas y también tienes que lidiar con cómo funciona la industria y cómo funciona Hollywood" —Ana de Armas Ana de Armas como Marilyn Monroe en Blonde. Netflix © 2022 ¿Qué recuerdas de tu niñez en Cuba? ¿Qué significa para ti tu isla? Es mi hogar, es mi casa, tengo todos mis recuerdos, mi infancia, las cosas buenas, las cosas no tan buenas; los momentos que recuerdas donde inconscientemente aún siendo una niña me di cuenta de que ese fue un momento de aprendizaje, de que hay un antes y un después. Es la formación de mi vida y de mis valores, de quien soy. Todos mis amigos están allí, parte de mi familia está allí, es una atracción muy fuerte que aunque ya no viva allí y solo vaya en algunos momentos en el año cuando pueda, cuando tengo el tiempo, la conexión es muy fuerte. Hablo a diario con gente en Cuba, con mis amigos, mis ahijados, mi mamá. No estoy pero estoy, y sobre todo, ellos están presentes más que yo allí. Es un lazo que no se puede romper. Mi mamá está en Cuba, mi hermano, mis amigos, tengo todavía mucha gente allí. ¿Qué piensan tu mamá y tu hermano de este sueño que estás viviendo, de todo lo que has logrado? Ellos están en las nubes, están superorgullosos. Sabes como es Cuba: cuando algo así pasa es un evento a nivel de vecindario, es muy gracioso. Me han mandado fotos de cuando pusieron Blonde en Cuba en el cine Yara, en el cine Chaplin por cinco o seis días consecutivos, e hicieron varias sesiones al día. Las colas eran de cientos de personas. Tener en el cine en Cuba el título Blonde y mi nombre en el cine, ver a toda esa gente, a todos los cubanos queriendo ver la película y con tanto orgullo y tanta emoción fue un sentimiento, una cosa increíble. No pude estar ahí porque estoy trabajando, pero me hubiera encantado tener esa experiencia en persona y estar allí, dentro del cine y verlos a todos entrar. Ana de Armas como Marilyn Monroe en Blonde. Matt Kennedy/Netflix © 2022 ¿Eres la primera cubana nominada al Óscar a Mejor Actriz? ¿Cómo estás abriendo puertas para otras actrices latinas? Creo que sí, eso es un poco difícil de chequear [ríe], pero creo que sí. Es increíble. Espero que esta nominación y este reconocimiento sea el ejemplo de que ya no hay excusa para decirle a un latino que no puede hacer cualquier personaje. Ya no hay excusa. Si yo fui capaz de entender y se me dio la oportunidad de hacer un personaje así —y ha sido reconocido de una manera tan generalizada, porque son los Óscars, pero también los SAGs, BAFTA, los Globos de Oro— lo bonito que fue el festival de San Sebastián y el de Venecia. Todo eso es la prueba, es un momento de pensar en lo que significa la inclusión y las oportunidades. Ojalá que sirva como una muestra de que el trabajo es lo que importa, lo que en realidad va a mostrar el talento. Ha sido rompedor, ha sido realmente trascendental el hecho de haber podido interpretar a un personaje así, haber tenido la suerte de haber pasado por todos los filtros de productores, de estudios, de gente que se opuso o que no lo tenía tan claro. Pienso que al final se impuso la parte creativa, la decisión del director y el trabajo que yo puse en el personaje. Triunfar en Hollywood no es tarea fácil. Háblame de los sacrificios en tu camino al éxito, los retos como inmigrante. Ha sido un camino largo, han sido muchos años, desde mis 18 años que me fui de Cuba hasta ahora que voy a cumplir 35 en dos meses. Ha sido largo, y hay épocas que se te van superrápidas, y hay otras épocas que parece que todo va lento y nada cambia y está estancado. Quizás desde la vista de otra gente ha sido de la noche a la mañana, pero no ha sido así para nada. Ha sido mucho trabajo y mucha paciencia, aprender a no tomarme las cosas personalmente, que todo el mundo está luchando y quiere llegar a un sitio. Todo el mundo tiene un sueño y algo que quiere lograr, y todo el mundo tiene derecho a la misma oportunidad. Lo único que va a marcar la diferencia es el trabajo. Fue muy duro irme de Cuba y dejar a toda la gente detrás. Sobre todo el choque cultural, adaptarme, porque Cuba es una vida muy específica y muy como es, que no se puede comparar con la vida fuera en ningún otro país. A los 18 años fue muy difícil adaptarme a vivir en España. Pero a la misma vez recuerdo los años en España, de 18 a 26, como la mejor época de tu vida para aprender, a nivel personal, como mujer, como todo. Fue esa etapa donde te haces literalmente adulto y escoges a tus amigos y empiezas tu carrera, pones tus raíces en un sitio. Fue una época en España muy bonita; tengo grandes amigos que echo muchísimo de menos porque España me parece el país más maravilloso de Europa. En España me pasó lo mismo otra vez, donde me siento estancada. Siento que no estaba llegando a mi límite, desaprovechando oportunidades, que no he conocido a directores que quiero conocer, y sentí esa cosa otra vez de: 'Te estás acomodando'. Estaba haciendo televisión, la gente me decía: 'Ya tienes una carrera, la gente te conoce, te están pagando bien, ¿por qué te vas a ir a un país donde ni siquiera hablaba el idioma?'. Está muy bien para otras personas esa estabilidad, esa felicidad y paz mental, y es lo que les funciona. Yo no soy así. Para mí estar estable y estar en mi zona de confort es como un poco morirme. Me mata la pasión, la creatividad, me aburre muchísimo y siento que estoy perdiendo tiempo. Tengo esa ambición de arriesgar y de hacer cosas que la gente piensa que no se pueden hacer. Para mí correr esos riesgos es lo que me da la vida y esa satisfacción personal de lograr algo importante, de marcar, de dejar una huella, de hacer algo interesante. Ana de Armas "Para mí estar estable y estar en mi zona de confort es como un poco morirme. Me mata la pasión, la creatividad, me aburre muchísimo y siento que estoy perdiendo el tiempo. Tengo esa ambición de arriesgar y de hacer cosas que la gente piensa que no se pueden hacer. Para mí correr esos riesgos es lo que me da la vida y esa satisfacción personal de lograr algo importante, de marcar, de dejar una huella" —Ana de Armas Ana de Armas y Bobby Cannavale en Blonde. Matt Kennedy/Netflix © 2022 ¿Qué persona en tu vida ha sido un mentor, una mentora, ya sea en tu vida en general o tu vida laboral? ¿Qué fue el mejor consejo que te dio? ¿Lo seguiste? Han sido un poco esos amigos que he tenido a lo largo de los años en todos estos lugares en los que he estado. Todavía me mandan mensajes de texto: '¿Te acuerdas cuando te dije no hagas esto? Me alegra que no me has escuchado'. Además de la familia he tenido la suerte de tener amigos donde sus padres también se han sentido como mis padres propios. Son gente a las que admiro mucho, son gente muy inteligente —periodistas o escritores— y ellos también han sido ese impulso de: 'Mis hijos no han hecho esto, pero tú sí. Yo celebro tus victorias y tus éxitos como si fueran los míos'. Toda mi familia ha sido siempre un apoyo. Pienso en mis padres cuando yo les dije: 'Bye, adiós, no sé cuándo voy a volver'. Me imagino que para un padre tener la fuerza de decir: 'Vete', y confiar en tu hijo, que se va a ir y va a estar bien, ahora soy consciente de lo que significa. En aquel momento pensé: 'Mis padres son muy wise [sabios]', pero no entendí la magnitud de eso hasta ahora que soy una mujer adulta y veo lo difícil que tiene que haber sido y gracias a ellos y a esa libertad que me dieron estoy donde estoy. También maestros, directores de castings, gente muy bonita con la que me he encontrado y que sigo teniendo esa amistad con ellos. En momentos donde no me salía ningún casting, no me escogían para nada, no tenía trabajo, siempre estaban ahí para oírme lamentarme y llorar y estar nerviosa y pensar que todo salía mal y esa gente son las que cuentan. Son no solo mentores en mi carrera, pero mentores de apoyo emocional que he tenido a lo largo de la vida, que al final no puedes hacer una cosa si no tienes la otra. No puedes tener una carrera y trabajar tanto si no estás emocionalmente bien y no sientes el amor de tanta gente alrededor porque no puedes estar estable. Tu padre debe estarte mirando desde arriba y sentirse muy orgulloso de ti Creo que sí, seguro. Ana de Armas en Ghosted. Cortesía de Apple ¿Qué le dirías a una Ana adolescente, de 15 años, que recién estaba comenzando la vida? ¿Qué te hubiera gustado saber cuando eras una adolescente que sabes hoy? La verdad es que me sorprende la Ana de 15 años porque la Ana de 15 años siempre supo que podía hacer algo más, que no había límite por algún motivo porque realmente no sé de dónde me salió eso. Pero es algo que siempre tuve dentro, un instinto o una voz que siempre me dijo: 'Esto te queda pequeño, tienes que hacer más, tú puedes llegar a otro lugar, puedes hacer más cosas'. Haber tenido eso presente y confiar, tener esa confianza en mí misma y en ese instinto me sorprende que la Ana de 15 años en Cuba pensara de esa manera. Pienso que la Ana de 15 años estaba superalerta y enterada de cuál era la situación. Era una niña muy espabilada porque si pienso en hijos de mis amigos o niños que tienen ahora 15 años pienso que la mentalidad es completamente distinta —y no hay ese sentido de supervivencia o de coger a la vida por los cuernos y seguir adelante. Si yo le dijera algo a la de 15 años es: 'Confía en ti, sigue, sigue y sigue, no tengas miedo, sigue que aunque no sepas lo que estás haciendo, sabes lo que estás haciendo'. Le daría mucho apoyo. Ana de Armas "La verdad es que me sorprende la Ana de 15 años porque la Ana de 15 años siempre supo que podría hacer algo más, que no había límite... Si yo le dijera algo a la de 15 años es: 'Confía en ti, sigue, sigue y sigue, no tengas miedo'" —Ana de Armas ¿Qué planes tienes para este año? ¿Qué viene después de Blonde? Acabo de terminar el rodaje de Ballerina, es mi primer día de libertad de trabajo porque he estado trabajando. Llevo cuatro años trabajando sin parar, con quizás un fin de semana o una semana entre [una] película y otra. Ha sido bien difícil, muy agotador, pero también proyectos superinteresantes, proyectos muy distintos entre ellos que he disfrutado muchísimo y he visto mi carrera evolucionar no solo con los personajes que estoy haciendo, sino también involucrándome en los proyectos siendo productora, trabajando en los guiones, buscando escritores con los que quiero trabajar. Entonces la carrera va creciendo 360 grados, no solamente mi figura como actriz que llegas al set, dices tus líneas y te vas. Tienes otro tipo de participación en los proyectos y ha sido muy interesante. Ha sido una etapa de mucho crecimiento profesional, pero también de mucho trabajo y agotamiento físico. Sobre todo estas últimas películas de mucha acción y mucho entrenamiento, mucha demanda física y mucho trabajo. Ana de Armas y Chris Evans en Ghosted. Cortesía de Apple Estoy superfeliz, pero creo que ha llegado un momento en que necesito descansar, pararme para tener tiempo de pensar. A veces siento que estás en un proyecto y mientras estás rodando te mandan otras guiones, empiezas a ver otros guiones que lees rápido, te meten prisa que tienes que hacer una decisión y elegir. Y siento que ha llegado el momento de ponerle pausa a todo esa euforia y esta cosa de tomar las oportunidades muy rápido. Quiero tener un momento para pensar y desarrollar cosas, ver qué es lo siguiente, qué me interesa, con quién quiero trabajar. Quiero vacaciones, descansar. Me he perdido un montón de cosas de mis amigos, cumpleaños, niños, bebés que han nacido que todavía no conozco, cosas así de la vida que pasa, te pasa por delante y no puedes disfrutar con ninguno de ellos. Es encontrar el balance, porque muchas cosas van bien y tu carrera va bien, y luego en lo personal estás así como que no ves a nadie, has estado sola porque estás todo el tiempo trabajando. Y luego también es a la inversa, estás en casa y te mueres de ansias porque no tienes trabajo. Es encontrar el balance, esa es la meta al final.